- Pasión desmesurada por el jabalí.
- Resistencia a la fatiga.
- Entrega y valor en los agarres con los guarros.
- Gran mentalidad a la hora de buscar.
- Nariz, rastro....
Un perro completo que resulta muy útil en nuestras monterías.
La anécdota fue que, uno de los perros que llevaba GPS, apareció después de seguir a un gran jabalí, a unos 3 kilómetros de la mancha que se estaba cazando. Su dueño tuvo la suerte de que el GPS le mandara la información sobre el lugar donde se encontraba y pudo recuperarlo.
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