lunes, 11 de diciembre de 2017

DESCIFRANDO LOS SECRETOS DE UNA DAMA. LA BECADA.

Cuando el reloj nos gana la partida y no tenemos tiempo de practicar nuestra gran pasión, que no es otra que salir al campo con nuestros perros, disfrutamos al máximo esas pocas horas en el monte  acompañados por nuestros queridos auxiliares.
El olor a monte, humedad, a musgo..... nos transporta a tiempos infinitos.
Disponía de un par de horas de asueto para disfrutar de la caza de la becada. Me acompañaban las tres magníficas: Adraa, Brisa y Hiiumaa. Como siempre setter y drahthaar conmigo.
Ya pertrechados con todo el equipo comenzamos a cazar. Las perras parten con determinación, explorando todo el monte que encuentran a su disposición. La noche anterior ha llovido y las condiciones son perfectas.
 No han pasado ni 5 minutos y ya veo muestra de  becadas.

Una sorda anda cerca.

Las perras huelen las chazas e intercambian conmigo una mirada de complicidad. Saben que no muy lejos, descansa una becada.
Es ahora cuando exploran el terreno de forma minuciosa. Las setter vuelan literalmente por el monte y la drahthaar, de forma metódica, no deja una mata sin mirar.
No ha pasado demasiado tiempo. El collar nos avisa de que Hiiumaa ha caído en muestra. Nos marca unos 50 metros de distancia. Corro pendiente arriba con el corazón en un puño y me encuentro a Hiiumaa y Brisa en muestra. Al verlas, Adraa patronea sin dudar. Hiiumaa se encuentra  petrificada en  bellísima expresión, Brisa patronea a su hija, parece una pantera a punto de saltar sobre su presa.
Me coloco lo mejor posible para poder tirar en las mejores condiciones. Sale la becada entre la maleza, bellísima, veloz y enseguida se tapa entre las matas. Disparo un par de tiros y pienso que ni la he tocado, pues la veo volar en lo sucio. Maldigo mi suerte, pues esa becada era de la joven Hiiumaa. Reemprendemos la búsqueda frustrados, pero con el ánimo de volver a encontrar la picuda.  A unos 100 metros del lance vivido, Adraa cae en muestra, terrible, altiva, poderosa.... y a escasos 30 centímetros de su trufa, veo la becada muerta...... Adraa se tira a por ella y la cobra diligentemente. Cuántas becadas se irán heridas de muerte.... 
Y allí, en lo más profundo del monte, entre perros y becadas, becadas y perros me siento la persona más afortunada del mundo.

La pequeña Hiiumaa, que ya es grande.
Las otras protagonistas. Adraa y Brisa.



El monte pasa factura cuando vas muy fuerte. Eso le ocurrió a Brisa, que acabó la caza con una pequeña herida debajo del ojo.




No hay comentarios:

Publicar un comentario